Después de las dificultades de disponibilidad,
técnicas, económicas entre otras, se consiguió una entrevista por
$600,000 con el Ex Presidente Richard Nixon quien era acusado de encubrir un hecho
ilegal en el conocido Watergate, estas entrevistas se llevaron a cabo en casa de
los Smith, un empresario republicano residente en California; previamente habían
pactado diferentes temas a tratar, Watergate sería el último.
Un ambiente de tensión se vivía minutos
antes de la esperada entrevista, sin embargo Nixon se notaba muy confiado ya que pensaba
que iba a ser fácil limpiar su nombre del escándalo en el que se veía involucrado, antes
de que empiecen a grabar Nixon dijo algo muy particular “Esos
zapatos son afeminados”, esto sin duda lo saco de enfoque, la primera pregunta fue “¿Por qué no quemo las cintas?” pregunta
que sorprendió aún más a Nixon pero le dio un giro al asunto respondiendo
acerca del sistema de seguridad de la Casa Blanca.
La táctica de Nixon era tan
impresionante como simple, le daba vueltas al asunto sin responder exactamente
a la pregunta; sin embargo la táctica de él era tratar de darle en algún
punto débil, pero era casi imposible. Con el paso de las horas su equipo perdía la esperanza de que el proyecto se logrará, la
siguiente entrevista con Nixon fue casi igual a la primera, esta se volvía
tediosa y larga, sin que pudiera concretar, Nixon se limitaba a sus
respuestas y siempre terminaba dando un excelente discurso de sus logros y
memorias pasadas.
El equipo de trabajo estaban angustiados de ver los resultados de la entrevista, no era lo que ellos buscaban, al principio quiso hacer esta entrevista por beneficio propio, pero luego se vio más involucrado en la última entrevista que se trataría el tema Watergate después de una llamada del mismo Richard Nixon la noche anterior a la entrevista.
El equipo de trabajo estaban angustiados de ver los resultados de la entrevista, no era lo que ellos buscaban, al principio quiso hacer esta entrevista por beneficio propio, pero luego se vio más involucrado en la última entrevista que se trataría el tema Watergate después de una llamada del mismo Richard Nixon la noche anterior a la entrevista.
ACORRALADO se sintió Nixon en la última
entrevista al ver cuan preparado estaba, la consecutivas preguntas que se le hizo, casi se le escapa una disculpa, dijo que él no había participado en un hecho corrupto, “si el presidente lo hace es porque no es ilegal”, tras cámaras se encontraban sus representantes e interrumpieron la entrevista por miedo a que por el sentimentalismo pudiera decir algo que luego se arrepienta, le
dijo que la gente necesitaba oír unas disculpas de él, Nixon bajó la mirada y
respondió: "Decepcioné a mis amigos, decepcioné al país. Desilusioné
nuestro sistema de gobierno y los sueños de todos esos jóvenes que querían
formar parte de él, pero que piensan que todo está demasiado corrupto y el
resto (...) Tengo que llevar esa carga por el resto de mi vida. Mi carrera
política está acabada". Estas palabras fueron casi celebres para los compatriotas
que en el aquel entonces solo querían una aclaración del caso Watergate.
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